lunes, 23 de septiembre de 2013

Miliki no tenía razón (Miliki was wrong)

Un día viajando en el coche de un conocido ficólogo, en compañía de su hijo de corta edad, para visitar intermareales de Cataluña, mi colega puso en el radiocassette una cinta con canciones del recordado Miliki para acallar las protestas y lloriqueos del chiquillo. Para mi sorpresa, una canción sobre el fondo del mar insistía hasta tres veces que "En el fondo del mar no existen las praderas, solo algas de mar".
Semejante afirmación no se sostiene y no se debería extender este tipo de mensajes entre las criaturas que llegan luego a la Universidad con claros errores de concepto. Incluso la canción se contradice, al afirmar finalmente que "Si lo has visto en la tierra lo verás por igual, en el fondo del mar", tal vez reconociendo tan imperdonable error.
Desde hace tiempo sabemos que en el fondo del mar sí existen praderas. Aunque hay algandianos que las forman (el alga verde Caulerpa prolifera), la mayoría de las praderas son de plantas que algunos botánicos soberbios llamaron "superiores" en contraposición a los algandianos, que eran injustamente calificados como "inferiores".
Algunas especies de angiospermas forman bellísimas praderas submarinas, donde cumplen una serie de servicios ecosistémicos esenciales para mantener la calidad ambiental del medio marino. En España hay cuatro especies de estas plantas marinas que forman praderas: Zostera marina, Zostera noltii, Cymodocea nodosa y la más conocida: Posidonia oceanica.

 Una pradera de Cymodocea nodosa en el fondo del mar gaditano.

Las praderas de angiospermas marinas están en regresión, en gran parte por nuestro desprecio por el planeta azúl. Los ciudadanos y las Administraciones deben velar por su conservación, siquiera por no dar la razon dentro de unos años a lo que nos cantaba -erróneamente entonces- el bueno de Miliki.

lunes, 9 de septiembre de 2013

Cocinando con algandianos (Cooking with algandians)

Hace relativamente pocos años cocinar platos con algandianos como elemento acompañante era realmente algo que sabíamos que hacían los japonenes o los galeses pero, francamente, pocos hispanos se hubieran atrevido a invitar amigos ofreciéndoles verduras de Algandia en vez de verduras de tierra. Sin embargo, la cocina con algandianos se ha extendido por todas partes, no solamente por la profusión de platos en los menús de cientos de bares de tapas (tengo que contaros algun descubrimiento reciente) sino por el interés que en las nuevas generaciones suscitan las recetas con algas. Os propongo algunos libros para iniciaros en la cocina con algandianos.
Palmaria palmata es una rodofita muy abundante en el norte de Europa y que podéis encontrar en aguas del Cantábrico. Sobre esta especie hay un libro precioso: "El alga Palmaria en la gastronomía. El alga de Cudillero", que edita el Ayuntamiento de este inolvidable rincón asturiano donde hay un sinfín de recetas con esta especie de todo tipo, incluyendo deliciosos postres.

    Portada del libro de recetas basado en Palmaria palmata

 Hay otro librito muy útil que edita la empresa gallega Portomuiños, verdadero ejemplo de empresa innovadora que ha relanzado el culto a la cocina con algandianos: "Cocinar con algas by Portomiños", donde de manera sencilla podréis aprender a cocinar numerosas especies de las costas del norte de España.

Portada del libro editado por Portomuiños


Hay un libro que escribió hace algunos años Clemente Fernández Sáa del cual ya os hablé en otra ocasión y que contiene 70 recetas para animaros a cocinar con algandianos: "Recetas de algas de Galicia: alimento y salud". Para aquellos que no seáis del norte, hoy en día ya se venden algas en práxticamente todas las grandes superficies comerciales y no solamente en el rincón del gourmet.

El libro sobre algas de Galicia para aprender a cocinarlas

Pero este algarero se queda con un libro que mi amigo Ricardo me trajo de Irlanda: "Irish seaweed kitchen", de Prannie Rhatigan, en el que hay todo tipo de recetas y formas de consumir algas, desde las más sencillas hasta las apetecibles para un verdadero tragaldabas (yo a algunas, francamente aún no llego). Este libro os sumergirá en toda la cultura que desde hace siglos ha empapado la cocina tradicional irlandesa.

  El interesantísimo libro de Prannie Rhatigan sobre algandianos irlandeses

 Los libros se acompañan de fotos maravillosas, no solamente de paisajes sino de los platos bien presentados, como os deberían quedar para sorprender a los invitados. Y no os preocupéis por las especies. podéis sustituir algunas especies por otras (no solamente de algas, sino de pescado o de carne). Aquí en el sur podéis surtiros de algas frescas con suralgae (www.suralgae.com), de forma que aprendáis a apreciar las propiedades de las algas de los esteros gaditanos secadas con aires de levante.

Puestos a navegar por la web, seguro que encontráis ya todo tipo de blogs y páginas de recetas sobre cocina con algas. En otra ocasión incluiré un par de recetas muy sencillas para que veáis que casi cualquiera puede ponerse manos a las algas y disfrutar de las propiedades de las verduras de Algandia.